MEDIO AMBIENTE

Vigilantes del ecosistema desde el espacio

Un sistema de teledetección de vertidos contaminantes con imágenes de satélite creado por un malagueño, ha sido uno de los diez proyectos seleccionados para participar en una competición internacional desarrollada por la Agencia Espacial Europea. La iniciativa ganadora podrá ser presentada en el Global Space Congress de Abu Dabi en 2021.

José Muros | 17/06/2020 10:16
En el interior de un edificio de oficinas de Valencia se encuentra una estación espacial con vistas privilegiadas hacia la Tierra. Su personal de a bordo vela cada día por que el llamado “planeta azul” siga siéndolo, lanzando una llamada de atención cada vez que una posible mancha contaminante hace peligrar la salud de los mares que lo colorean. A los mandos de la nave se encuentra, junto con otros dos socios, el malagueño Pablo Benjumeda, tripulantes de una misión que cumple ahora un año desde su puesta en órbita.

“La teledetección es algo que llevamos en el ADN”,  reconoce Benjumeda, co-fundador y COO de Orbital EOS (https://www.orbitaleos.com/ ), al señalar que el origen de su start-up está en las más de 4.500 horas de vuelo real que, tanto él como su compañero y CEO Juan Peña, llevan a sus espaldas: “Hemos trabajado durante 12 años en teledetección aerotransportada en Salvamento Marítimo. Éramos tripulantes de vuelo que operaban equipos de teledetección en la lucha contra la contaminación y en el apoyo a buques de rescate, los dos principales roles que tiene Salvamento como agencia nacional.”

El equipo se completaría con la llegada de Alejandro Mengual, la tercera pata que mantiene en funcionamiento a una compañía que puede presumir de tener entre sus integrantes a algunas de las trece personas en España que, según explica Benjumeda, cuentan con el conocimiento necesario para detectar de un primer vistazo si una mancha vertida sobre las aguas es contaminante o no: “La Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM) ya ofrece un servicio de teledetección por satélite a los países de la unión, pero reconoce en sus anuarios que cada año registra un 78% de falsos positivos, es decir, de cada 100 manchas encontradas hay 78 que no pueden ser verificadas como contaminación real; nosotros hemos conseguir reducir ese ‘ratio’.”

Para hacerlo, en Orbital EOS tomaron dos importantes decisiones desde el inicio. La primera fue apostar por el análisis de imágenes espaciales procedentes de la red Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA) en vez de buscar posibles episodios de contaminación desde un avión, vehículo que, en palabras del malagueño, ha entrado en su ocaso como herramienta útil para determinadas tareas de Salvamento: “Manejar un avión es costoso y tiene sus limitaciones. Un satélite, por su parte, te hace llegar más alto sustentándose sobre tres ‘items’ clave: proporciona una visión más global (la “big picture”, como nosotros la llamamos), no está condicionado por los descansos que necesitan los pilotos de los aviones, y trasciende cualquier tipo de barrera humana, ya que hay determinados países o aeropuertos que no permiten la entrada de aeronaves.”  

La segunda de las premisas con las que nació Orbital EOS era disponer de una capacidad de análisis de imágenes tan grande que no pudiera ser ejecutada ni por un equipo de cinco o seis personas trabajando las 24 horas del día. “Realmente, el contraste agua – tierra se detecta de una manera muy fácil”, indica Benjumeda, “pero nosotros lo que hemos hecho ha sido automatizar los procesos por medio de una Inteligencia Artificial que haga frente a la abrumadora cantidad de imágenes que recibimos.”

Además de alertar a sus compañeros humanos sobre la presencia de posibles vertidos, la Inteligencia Artificial genera unas máscaras sobre la imagen por medio de sistemas de ‘Computer Vision’ (‘Visión Artificial’), que se traducen en datos sobre el evento de contaminación.

“Cuanto más entrenada esté esa red neuronal mejor será el resultado”, afirma el COO de la compañía, haciendo hincapié en que no es baladí saber diferenciar rápidamente qué tipo de manchas son realmente nocivas: “En el mar hay una serie de películas naturales con formas muy parecidas a los vertidos contaminantes de barcos, plataformas e incluso accidentes, pero que en realidad no lo son.”

La Agencia Espacial Europea ha reconocido el mérito de estos tres emprendedores seleccionando su proyecto para una ‘Start-up Competition’ que puede saldarse con una presentación en el Global Space Congress de 2021, donde se reunirán los mayores expertos mundiales de la industria aeroespacial. A la espera de conocer si logran superar esta prueba de fuego, los miembros de la expedición valenciana prosiguen con la tarea que se han encomendado a sí mismos: vigilar el medio ambiente desde una altura de cientos de kilómetros de distancia.


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